Hemos visto que los eventos son, en realidad, un espacio de comunicación en tiempo real donde podemos sondear el ánimo de los asistentes y también, obtener información que de otra manera seria un poco más difícil.
En la pasada colaboración hablamos del evento tipo mitin, y veíamos su importancia y su impacto en el objetivo de todo o toda candidata, reforzar intenciones y obtener el voto.
Y la importancia de los eventos en una campaña política es tal pues transmite la imagen del partido y los posibles atributos del o la candidata en caso de ganar la votación, así, si presenciamos un evento sin pies ni cabeza, seguramente la percepción será que ese candidato no será capaz siquiera de tener orden en su mandato, y aunque como ya lo dijimos, es una cuestión de percepción, no podemos obviar que el día de la votación son las emociones y las experiencias las que también influyen en nuestra decisión.
Así, cada evento que hagamos en el marco de una campaña política debe tener un objetivo y entonces, podremos desarrollar entorno a el mismo, las estrategias a seguir para su cumplimiento, ya sea desde contar una historia, recurrir a las emociones, hacer uso de recursos, un mensaje duro y concreto. En este mismo tema, no olvidemos cuidar la relación entre la comunicación verbal, no verbal así como el uso de elementos accesorios, cuantas veces no hemos escuchado sobre austeridad como parte de una estrategia de campaña y este mensaje se da desde el interior de un lujoso hotel ubicado en una zona de lujo de la ciudad. Eso, la congruencia debe ir a la par de los objetivos.
Aunado a los mensajes, el tema central del evento, no podemos descuidar aspectos como la escenografía, la iluminación, la disposición de lugares, el audio, la ambientación, el espacio, y sobre todo, los invitados, y el tratamiento a los mismos y por supuesto, el uso y tratamiento que los medios harán del evento en sí, es decir, las facilidades para la transmisión en directo o diferido, el darles el material o discurso así como información complementaria. Muchos eventos políticos que tenían mensajes contundentes y dignos de ser replicados, se han perdido en el mar de información al no ser transmitidos por los medios correctos o que fueron tergiversados y su impacto fue el contrario al esperado.
Por ello, es importante darle a cada evento su propia importancia y personalidad, y no olvidar que son ellos, los eventos, los que bien organizados, pueden acercarnos o alejarnos de nuestras aspiraciones y objetivos.
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