Al día de hoy, en algunas entidades del país, incluyendo el estado de México, estamos a poco menos de 80 días de campaña electoral para la renovación de diputaciones, alcaldías y presidencia federal; en esta época estaremos escuchando sobre problemáticas y promesas de campaña, sobre la segregación y polarización de la sociedad, y los problemas que no se han resuelto en los periodos previos, intentando posicionar figuras con cierta popularidad, hacia los cargos de elección.
La pregunta es ¿quiénes son estas figuras que aspiran ocupar un cargo de elección popular y que los incentiva a estar ahí? Será su habilidad para gobernar, resolver problemáticas, o solo por figura, debemos diferenciar entre lo popular y el liderazgo.
Foto: Archivo.
Lo popular refiere a una persona con cierto grado de fama, reconocimiento y agrado por cierta parte de la sociedad, es una cualidad común de la farándula, el teatro, y de quienes sobresalen en alguna esfera de actividad humana como el deporte, la comunicación, las artes o lo económico.
Esto significa que la popularidad está relacionada con la medida en que una persona es conocida, admirada o aceptada; tiene su base en factores como la apariencia física, el carisma, el talento, la riqueza o el estatus social; sin embargo, la popularidad por sí sola no implica la capacidad de influir en otros de manera significativa o agregar valor a la sociedad al resolver problemas o crear mejores ciudadanos.
Por su parte, el liderazgo es la capacidad de una persona para influir en el pensamiento, las decisiones y las acciones de otros, se expresa en la habilidad de dirigir, inspirar, movilizar a grupos de personas hacia metas y objetivos que son comunes a la población y generan un beneficio a toda la comunidad, al resolver problemas en el sentido público; implica habilidades de comunicación efectiva, toma de decisiones, empatía, inteligencia emocional, visión de futuro, capacidad de inspirar confianza y motivación en los demás, que se traducen en un proyecto político, es decir en un esquema de gobierno encabezado por un líder.
Estas dos figuras, el popular y el líder, son la oferta hacia los cargos de representación o elección popular, como presidentes, gobernadores, alcaldes, regidores, legisladores, entre otros, en estos periodos, y su elección conduce hacia avances o retrocesos en las formas de gobernar, hacer política y de cómo estas impactan en la calidad de vida de toda la población.
En cuanto a la oferta, los populares hablan de promesas de campaña, los lideres de proyectos políticos, sin embargo, los partidos suelen postular al o la popular, la figura de moda del momento, una estrategia que ha sido capitalizada pero no trae beneficios sociales.
La lógica es sencilla, responde a los intereses de partido, pero también a una lógica de mercado… las elecciones se ganan con quien tienen la capacidad de atraer votos y de costearse su campaña… este es el argumento que en repetidas ocasiones he escuchado en los diferentes partidos, sin embargo, revela la poca acción que han puesto para hacer llegar su proyecto a la sociedad, es más fácil no hacer nada y que quienes tienen el dinero para pagar una campaña sean los candidatos.
También revela el poco liderazgo que tienen, sustituyendo al líder por el popular o por el costo de campaña, el liderazgo desempeña un papel fundamental, en primer lugar, los líderes políticos son responsables de tomar decisiones que impactan significativamente en la sociedad, esta responsabilidad implica la necesidad de adoptar decisiones informadas, éticas y efectivas con beneficios sociales.
Segundo, los líderes políticos actúan como representantes de la voluntad popular, tienen la tarea de defender los intereses y derechos de los ciudadanos que representan, de mediar entre diferentes grupos y sectores, los conflictos a veces son inevitables, los líderes deben poseer la habilidad de gestionar y resolver estos conflictos de manera pacífica y constructiva, fomentando el diálogo y la negociación para alcanzar soluciones que beneficien a todas las partes involucradas.
Tercero, el líder es un motor para el cambio social y el progreso, tienen la capacidad de influir en la formulación de políticas y en la implementación de reformas que aborden problemas sociales, económicos y ambientales, contribuyendo al desarrollo y bienestar.
Cuarto, los líderes políticos tienen el poder de inspirar y movilizar a las personas hacia metas comunes y aspiraciones compartidas, un liderazgo puede motivar a la población a participar en procesos democráticos, a trabajar juntos para alcanzar objetivos compartidos y a contribuir al bienestar de la comunidad.
Así, un buen líder, además de tener un proyecto político sólido, ejecutable, de representar a la población, tiene cualidades que le hacen resaltar, como honestidad, congruencia, firmeza, persuasión, humildad, sabiduría, estrategia, honor, diligencia, enfoque en sí mismo y en los demás (beneficio a la sociedad).
En estos tiempos de campaña y al momento de votar, hay que dejar delado al popular, buscar la mejor opción, optar por el líder.
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Excelente artículo, bien bajado el balón, ubica el momento de la realidad que vivimos ante un proceso democrático o lo más parecido a ello, pero lo más importante es ser conscientes y crear conciencia colectiva para elegir bien a nuestros gobernantes. Populismo No, Liderazgo Si.