Planificar ciudades densas y compactas, con un adecuado manejo y tratamiento de residuos sólidos, así como redes de transporte público y movilidad eficiente es el paradigma del desarrollo urbano sostenible al que los municipios aspiran y, para el cual, necesitan contar con capacidades técnicas e institucionales que les permitan cumplir con ese objetivo
El equilibrio entre el desarrollo económico y el cuidado del entorno ambiental es una asignatura pendiente. Los gobiernos municipales son los más próximos a los ciudadanos y, por lo tanto, son quienes conocen mejor la problemática de su región y los recursos que pueden aprovechar, pero también requieren capacidades para el aprovechamiento sostenible de los recursos.
En los últimos años, posiciones extremas sobre el impacto que genera toda actividad humana en el medioambiente han llevado a frenar proyectos de infraestructura social o económica que podrían generar beneficios que compensarían los daños causados, por lo que los municipios pueden convertirse en promotores o impulsores de acciones de desarrollo sostenible.
Sin embargo, por otro lado, la falta de una planeación estratégica que permita dar soluciones eficientes a los problemas que enfrenta el desarrollo de las localidades es una realidad.
Sofía Arroyo, Associate & Mexico Office Leader de Steer Davies, firma consultora especializada en ciudades, infraestructura y transporte, considera que son varios los retos a los que las ciudades se enfrentan para lograr un desarrollo efectivamente sostenible.
“Esos retos los estamos englobando en tres grandes rubros: por un lado, la dispersión urbana que impacta no sólo en el tiempo de viaje entre origen y destino, aumentando el uso del automóvil y generando, a su vez, problemas ambientales y de salud para los ciudadanos, sino en bajas densidades y ocupación del suelo, segregación social y también una baja dotación de infraestructura urbana. El otro reto es el incremento de residuos sólidos y su gestión, que impacta directamente en la salud de la población, y el tercero es el impacto en las finanzas municipales o locales, dada la provisión de servicios en zonas muy alejadas, producto también de esa dispersión urbana”, explica.
Por su parte, Alberto Vázquez Sánchez, Socio del despacho de abogados VHG Legal, destaca la necesidad de considerar que todos los municipios son diferentes y tienen situaciones geográficas, geológicas y de medioambiente distintas. “No puedes comparar un ejido de Sonora o de Chihuahua con clima desértico, semidesértico o frío con un municipio de Veracruz que puede tener muchísima vegetación o estar en la montaña.”
Sin embargo, aclara, la mayoría de los municipios comparten una problemática: casi todos tienen planes de ordenamiento que nada tienen que ver con su realidad, no están actualizados o no fueron elaborados de forma adecuada.
Los planes de ordenamiento municipal son una guía para que los alcaldes puedan impulsar proyectos de inversión de acuerdo con sus políticas de crecimiento, pero cuando estos instrumentos están desactualizados o sólo fueron copiados de otros municipios, lo que ocurre es que frenan los proyectos.
En ese sentido, afirma que defender el cuidado del medioambiente no significa detener los proyectos, sino velar porque las cosas se hagan bien o, de lo contrario, sólo persisten rezagos en la resolución de asuntos y en proyectos positivos para el país.
Asimismo, insiste en que si los ayuntamientos tienen sus programas de ordenamiento municipal actualizados pueden generar proyectos productivos acordes con su vocación y línea de acción, como turismo, agricultura, ganadería, minería, comercio y servicios, entre otros. “Todos tienen algo. El territorio de México es tan basto que todos tienen capacidad para hacer algo con especial cuidado en el ambiente y el uso eficiente de los recursos naturales renovables y no renovables”, añade Alberto Vázquez.
EFICIENCIA ENERGÉTICA, UNA DE LAS METAS
En el camino por alcanzar un desarrollo plenamente sostenible, lograr la eficiencia energética es una de las metas más importantes.
De acuerdo con Sofía Arroyo, el reto de la dispersión urbana, junto con una desarticulación entre el desarrollo urbano y la planificación de sistemas de transporte público, impacta directamente en el incremento del uso de vehículos privados, en sistemas de transporte colectivo que no son eficientes, así como en una mayor congestión vehicular y, por lo tanto, en un mayor consumo de combustibles, un incremento de la contaminación sonora y daños en la salud de las personas. “Entonces, es importante buscar una eficiencia energética”, sostiene la especialista.
Además de una planeación que permita un menor consumo de combustibles, los municipios tienen a la mano opciones para llegar a la meta de lograr la eficiencia energética, empezando por sus propios esquemas de consumo al interior de las oficinas administrativas y en algunos servicios que brindan a los ciudadanos.
En México, el Gobierno Federal, a través del Fideicomiso de Ahorro de Energía (Fide), la Secretaría de Energía (Sener) o la Comisión Nacional para el Ahorro Eficiente de Energía (Conuee) cuenta con mecanismos de promoción para la implementación de sistemas de ahorro de energía.
Un caso exitoso es el municipio de La Paz, en Baja California Sur, el cual tiene por objetivo que el 100 por ciento de la energía que se consuma en oficinas públicas sea alternativa.
Asimismo, destaca el anuncio que realizó el gobierno de Acapulco, Guerrero, acerca del proyecto de energía solar para saneamiento de agua, que contempla la rehabilitación de 15 plantas de tratamiento en ese municipio, así como la construcción de una granja solar de 55.5 megawatts en 94 hectáreas, la cual abastecerá de energía al sistema de agua del municipio, así como a las oficinas de la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado del municipio de Acapulco.
El proyecto se realizará mediante una asociación público privada con el fin de detonar una inversión para los próximos 15 o 20 años, lo cual generará un impacto económico relevante y mejorará la atención en el servicio de agua potable, agrega el entrevistado.
En ese sentido, Hermilo Pérez Cabrera, Director General de la Asociación de Autoridades Locales de México (Aalmac), indica que los municipios no sólo facilitan o promueven el desarrollo de proyectos, sino que, en muchos casos, también se convierten en los desarrolladores de proyectos encaminados al ahorro de energía, la eficiencia energética o al mejoramiento del entorno.
No obstante, Héctor Sánchez López, consejero independiente de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), considera que si bien los gobiernos municipales tienen algunas facultades constitucionales, están totalmente relegados y sin responsabilidad para incidir en políticas para los proyectos de desarrollo, principalmente por falta de recursos. “Cualquier programa o proyecto implica invertir, y los ayuntamientos se han convertido en administradores de recursos etiquetados”, es decir, recursos asignados a un programa o acción específica que no pueden usarse para fines distintos.
Los últimos 10 años se han caracterizado por una tendencia hacia el centralismo y esa política de exclusión de los ayuntamientos no ha permitido incidir en el desarrollo regional y municipal, y mientras no se busque un auténtico federalismo, no se podrán implementar políticas de procesos productivos y ambientalistas, expone el especialista.
MOVILIDAD QUE NO CONTAMINE
La planificación de ciudades densas y compactas, con una adecuada provisión de redes de transporte público es, de acuerdo con Sofía Arroyo, una de las claves no sólo para lograr la meta de las ciudades en cuanto a la eficiencia energética, sino en movilidad.
“La adecuada provisión de redes de transporte público reduce la distancia de los viajes y tiene un impacto directo en el consumo de energía. La logística urbana de mercancías es también un tema muy importante, e implica asimismo un reto, considerando el incremento de nuevos servicios; la clave es reducir los viajes a través de estrategias conjuntas entre el sector público y privado, que permita una mejor gestión de los trayectos y así, también, reducir el impacto en congestión y emisiones”, explica.
En este sentido, asegura que esta estrategia va de la mano de fomentar, además del uso del transporte público, los modos no motorizados de movilidad que no necesitan ningún tipo de combustible, y se complementa con mejorar la eficiencia energética a través del uso de tecnología, es decir, vehículos de bajas emisiones y con un mejor diseño.
“Actualmente las ciudades latinoamericanas ya están modernizando su flota de autobuses, migrándola a unidades eléctricas. Un ejemplo son las ciudades de Santiago de Chile y Medellín, a las que hemos asesorado en ese proceso y hasta ahora van bastante bien”, refiere. ASESORÍA ESPECIALIZADA Para diseñar y poner en marcha los proyectos que permitan contar con ciudades sostenibles, los gobiernos tienen a la mano diversas opciones, desde programas del Gobierno Federal hasta apoyos financieros y técnicos de organismos internacionales. Sin embargo, un problema que la mayoría de los alcaldes enfrenta es la falta de conocimiento y, en ocasiones de equipo técnico, que pueda ayudar a preparar estos proyectos, de tal manera que el acompañamiento es un factor clave. Al respecto, Sofía Arroyo sostiene que el involucramiento del sector privado en el proceso de diseño de políticas públicas es fundamental. “No se puede diseñar sin ellos porque les afecta directamente, de ahí la importancia de contar con un diálogo permanente entre la iniciativa privada, el gobierno y la ciudadanía, que permita establecer ese rumbo de ciudad al que queremos ir. Esto incluye la planeación urbana en temas como la movilidad, ya que deben existir acuerdos donde ambas partes estén dispuestas a dar en beneficio de la ciudad y de la ciudadanía”. Buscar la asesoría de firmas consultoras es un paso importante. “Nosotros tenemos mucha experiencia, a eso nos dedicamos, a ofrecer asesoría tanto al sector público como al privado para que las ciudades prosperen, y a desarrollar ciudades sostenibles”, apunta la especialista. Por su parte, Hermilo Pérez refiere que las asociaciones municipalistas, como la Aalmac, promueven el acompañamiento de las áreas técnicas de algunas empresas especializadas o contactan directamente a los organismos del Gobierno Federal para diseñar y poner en marcha proyectos sostenibles. Admite que, ante la restricción de recursos adicionales a los municipios, los ayuntamientos tienen que determinar cuáles son las obras de mayor impacto o de mayor beneficio para las propias comunidades, por lo que deben contar con más capacidades técnicas. En ese contexto, concluye, se deben buscar mecanismos para dar a los ayuntamientos facultades que les permitan incidir en las políticas productivas y en las políticas que favorezcan el cuidado del entorno.
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